Crecí en un pequeño espacio dentro de un bloque "condominizado", donde había una gran plaza que cubría mis esperanzas de conocer mas allá de aquellos bloques de colores opacos y repetitivos que desvirtuaban mi vista para apreciar el cielo. De la mano de mi ego fui caminando, armándome de valor, hasta la reja, para así salir y contemplar lo que nunca había visto. Al llegar a la reja, me sentí asustado por lo peligroso que puede ser estar fuera de todo lo que conocía.
logré salir sin ningún problema y pude ver más allá de lo que era visible para mi: Vi cables de alumbrado por todas partes por sobre las cabezas de todos; vi autos viejos y abandonados, cuidados por perros también viejos y bravos; vi veredas construidas con lo que sobraba de las guerras: El polvo; sentí olor a frutas descompuestas; escuché ese sonido apestoso del transito y por ultimo, vi más y más bloques de colores opacos, pero sucios.
Al ver todo eso volví a la plaza, donde estaba a salvo.
Que linda era esa plaza... recuerdo que habían arboles gigantes, juegos para nosotros los niños y el cielo que nos cubría era precioso, porque al anochecer, se volvía de color fucsia.
Y esos bloques...que brillantes eran!

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