El quiebre de esta historia ocurre, para variar, en relación a una persona que ha inspirado mas quiebres en este blog que galleta de soda. Cómo puedo yo mismo reconocerme como apático cuando existe una persona que, con completa seguridad e inclusive autoridad, puede acercarse y decirme "no, eres esto esto y aquello" y tendrá razón aunque ni yo mismo lo reconozca en mi. Hicimos un ejercicio mental el cual consistía en recordar una vez que le haya dicho que no a algo, así de amplio de abarcar, donde salí victorioso ya que ninguno pudo dar con un ejemplo. Al parecer coincidimos con que nunca le negué nada. Es raro, después de compartir con esta "quebrantadora" no volví a sentir mucho interés por las personas, por el contrario, consideraba inútil conocer a alguien, no recordaría su nombre a los minutos después aunque fuese importante como el papa, enserio, y es algo grave que me afectó en varios ámbitos. Ignoraba a las personas y eso no estuvo bien. Volviendo al tema, cuando veía llorar a esta mujer yo no hacía más que sentír dolor, me sentía culpable, imbécil, herido, decepcionado, malvado, egoísta, inútil, sufría por tomar el corazón con mi palma y pedirle mil veces perdón hasta retroceder el tiempo... pero enserio, ese no soy yo, con nadie. No era hipócrita, nunca hice algo con interés de por medio, a menos que consideremos interés el hecho de interesarme en verla feliz. Lo daba todo... ese era ÉL objetivo de mi vida! y no perdía mi marcha, no bajaba los brazos ni ignoraba el camino que me llevaría a eso, podía hacer muchas cosas con el mismo propósito como excusa para manejarlo con fuerza. No me importó o por lo menos con esa intención nadie más después de eso, jamás, debo admitirlo aunque mi próxima novia lo lea y me pregunte si es mejor que esta chica de la cual escribo de noche.
Tu pareja es tu inspiración, tu garra, apoyo e inclusive le aportan lo mas valioso a una vida, un propósito.
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