Si la impotencia no paralizara mis piernas, si la rabia me permitiera llorar, si el odio no fuera real, si los tropiezos fueran hacia el cielo y no hacia la tierra, si las manos no necesitaran brazos, si mi cabeza pudiera dejarme ver atrás de mis orejas, si fuera posible arrancar las murallas de un impulso, si gritar no tuviera tan alta acústica ni me delatara...