jueves, 8 de julio de 2010

Conspicuo Ingente

Como es costumbre, crecí. Y como también es tradición, me acostumbré a mi nuevo hogar. Pero al pasar los años, como por usanza me tenía que alejar nuevamente de ese lugar. Nuevo cambio de hogar, con la diferencia que esta vez no era un bloque, eran dos pisos de un barco pirata. Estaba mas maduro, así que solo vi cambios positivos. "Es más espacioso y podré sacar mas provecho de esto" me dije a mi mismo mientras observaba eludidamente los espacios donde se concentraría mucho trabajo. Me presenté a este nuevo lugar como un hombre maduro, con espectativas y cariño.
Teniendo muchos planes y deseos de practicar mis creativos arquetipos, me encontré con mi refugio.
Al comenzar tempranamente, pude explayar mis alegrías sin dificultad, solo con el interfaz del tiempo. Maldito tiempo, siempre me aprieta los párpados.

A pocos días, me llega una boleta de licencia de expiración. Que quiero decir con esto, que ya estaba informado de cuando debía retirarme. Me dolió al saber que era tan pronto. Dejé todo a medias y con mucho dolor, caí a los pies del tiempo.
Me debilité, aunque sigo aprovechando con muchas ganas lo que queda de mi experiencia.
Tengo metas por doquier, y eso pinta mi paisaje en cualquier lugar, donde quiera que esté.