
Puede que uno al ilusionarse con algo pierda la compostura y la factibilidad de lo que realmente esta por ocurrir, como por ejemplo en el peor de los casos, (y el más común) te decepciones al darte cuenta de que no era lo que pensabas.
Para precavír el sufrimiento de la decepción, al ilusionarse siempre hay que tener una carta bajo la manga. Esta puede ser tu distracción común o preferentemente (para mí) un plan para el fin de semana.
El apoyo es fundamental al igual que la conciencia.
Uno no debe esperar que las cosas pasen de la nada, sino que debe preguntarse en que momentos pueda que ocurra y si no estas en ese momento, no prestar tanta atención por que así lo único que lograrás es que tu esperanza se transforme en tu distracción y pasatiempo diario.
Si no ocurre, puta por algo será, bacan igual; y si ocurre preguntarse inmediatamente ¿Realmente lo quiero? ¿Necesito de esto? ¿Perdurará?.
Que no te quiten tu tiempo, porque por mucho que no hagas nada, puede que se te ocurra hacer algo o simplemente puede que alguien o algo realmente IMPORTANTE lo necesite.
(Te pueden dar mil interpretaciones de una pintura, pero eso no significa que eso es todo lo que tienes que ver tú, porque puede que no veas nada de lo que te han dicho)