domingo, 27 de enero de 2013

cielo

El cielo estaba claro, muy claro. Lo extraño era que estaba claro por donde sale y por donde se esconde el sol, como si Santiago fuese un plato con leche en donde flotan las estrellas. Se puede apreciar el borde, una salida de la ciudad mas allá de las nubes, como si pudiéramos salir de un brinco.